Nuestra protagonista de hoy, la oruga procesionaria del pino, es un lepidóptero propio de las zonas con clima mediterráneo y poco lluviosas. Se la conoce con este nombre por su manera de desplazarse, creando una fila, al puro estilo procesional que hacen llamar su atención y son indicativas de su presencia. 

Son consideradas como una de las plagas de insectos más peligrosas para los pinares de nuestra vegetación, y también para nuestros niños y mascotas. El desconocimiento de los riesgos que supone entrar en contacto con esta especie puede causarnos un mal trago durante un paseo por el parque en primavera.

¿Conocías sobre ella? Sigue leyendo para saber más sobre esta oruga, poder enfrentarla y protegerte de ella. 

Procesionaria del pino: la oruga más temida 

Finalizando el invierno, es fácil ver bajando de los troncos de los pinos a estas orugas que se han ido desarrollando durante el invierno y durante el cual han ido floreciendo sus pelos urticantes. A continuación vamos a ver cómo se forman y cómo afectan a nuestro alrededor.

Ciclo de vida

• Fase 1: Las mariposas de las procesionarias se empiezan a ver a partir de mayo, cuando ponen los huevos en los árboles. 
• Fase 2: Las orugas nacen tras 40 días, y comienzan a desarrollar esos peligrosos pelos a partir de los 30 días de su salida del huevo.
• Fase 3: Entrando el invierno, estas crean nidos o bolsones para resguardarse durante la época de frío.
• Fase 4: Cuando las orugas han completado su desarrollo, entrando la primavera, comienzan a bajar de los árboles por los troncos y comienzan a buscar su hueco para enterrarse y empezar su proceso de crisalidación durante toda esta temporada.

Su desfile en procesión 

Estas especies son gregarias por naturaleza, es decir, tienden a vivir en grupos, lo que les lleva a desplazarse juntas. La formación de procesiones es una estrategia de supervivencia, encabezada por la oruga líder, que les permite desplazarse hacia nuevas áreas de alimentación.

Las procesionarias de los pinos utilizan feromonas, que son sustancias químicas que emiten para comunicarse entre sí. La líder es la que las segrega para ir dejando el rastro a las demás, manteniendo la cohesión del grupo. Este comportamiento colectivo puede tener como propósitos reducir la exposición al riesgo de depredadores, o como estrategia para encontrar nuevas fuentes de alimento o lugares seguros.

La duración de las procesiones varía, pero generalmente, las orugas se desplazan en fila durante períodos específicos del día. Con el tiempo, estas pueden cambiar de dirección o detenerse temporalmente, dependiendo de las necesidades del grupo y las condiciones ambientales.

Riesgos para la salud humana y animal

El principal peligro de la procesionaria del pino tiene lugar en aquellas zonas de ocio en parques o jardines por las urticarias o irritaciones que es capaz de provocar en personas y mascotas. Sus pelos son peligrosos debido a la presencia de una sustancia tóxica llamada «thaumetopeína», una proteína que actúa como irritante dérmico y mucoso, por contacto o vía aérea, en seres humanos y animales.

Las consecuencias más habituales en las personas son irritación en nariz, garganta y oídos, además de producir reacciones alérgicas en la piel, llegando a provocar dificultad respiratoria. Ocurre lo mismo con los animales, por lo que hay que mantener alejadas a nuestras mascotas para evitar que jueguen con ellas, las muerdan o las ingieran.

Daños a los árboles 

Una de las consecuencias más evidentes de la presencia de las procesionarias es la defoliación de los árboles de una manera intensa. Estas se alimentan vorazmente de las acículas u hojas de los pinos, dejando un aspecto despojado y debilitado de ellos y del paisaje en general.

La defoliación repetida durante varios años a los mismos árboles puede debilitar la capacidad de ellos para producir energía al realizar la fotosíntesis y, por lo tanto, debilitar su crecimiento y hacerlos vulnerables a otras plagas y condiciones climáticas adversas.

Tratamientos químicos y biológicos de control

Para poder controlar, de manera artificial, el efecto dañino de esta especie, se utilizan medios químicos y biológicos, reduciendo así su reproducción. En su aplicación es crucial realizar un monitoreo continuo por profesionales para evaluar la efectividad de los tratamientos, considerar su impacto medioambiental y su época de aplicación.

Métodos biológicos

Se puede recurrir a cortar o romper los bolsones y regar antes de manipularlo para evitar las posibles urticarias. También se pueden implantar barreras para impedir que las procesionarias del pino desciendan por el tronco y acaben enterrándose. Por otra parte, se pueden introducir o fomentar la presencia de depredadores naturales de las orugas procesionarias, como aves insectívoras, hongos, hormigas o algunas especies de entomopatógenos. 

En algunos casos también se aplican trampas de feromonas para impedir la fecundación de las hembras. Además, existe la opción de aplicar, cuando los larvarios son pequeños, un insecticida natural formado por bacterias que se mezclan con agua.

Métodos químicos

El tratamiento más común se denomina endoterapia, y consiste en aplicar en el tronco del pino una inyección que contiene un insecticida que va circulando por el interior de este, haciendo que las orugas mueran al alimentarse de las acículas de los árboles. Este insecticida es el más efectivo y no afecta al resto de especies, además no contamina el medio. 

Recomendaciones de prevención y control

• Protégete: Si trabajas en áreas propensas a la presencia de orugas procesionarias, utiliza ropa protectora, guantes y gafas para evitar el contacto directo con los pelos urticantes.
• Realiza podas correctivas, para eliminar nidos de orugas procesionarias cuando se detecten. Esta medida puede ayudar a reducir la población de manera más rápida y evitar la propagación.
• Educa y conciencia: informar a la comunidad sobre los riesgos y medidas preventivas, ya que, cuanta más gente esté al tanto y sea capaz de detectarlos en espacios públicos, más fácil será implementar estrategias colectivas para el control de las orugas procesionarias.
• Sé responsable: si dispones de terrenos donde suelen aparecer las procesionarias del pino, debes recurrir a la realización de alguno de los tratamientos expuestos anteriormente, con ayuda profesional, para evitar su desarrollo.
• Deja actuar a los servicios municipales: las autoridades locales deben estar al tanto del problema y actuar en caso de la localización de una plaga, además de avisar y prevenir a los ciudadanos para que vayan con cuidado. 
• No actúes sin conocimiento: si has localizado una plaga, recurre a profesionales especializados, ya que intentar eliminarlas de la manera incorrecta puede causar problemas mayores.

Recuerda que la combinación de varias estrategias, la responsabilidad, concienciación y la intervención temprana son clave para un control efectivo de las procesionarias de los pinos. 

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